14 marzo 2011

Primeras conclusiones científicas del terremoto de Japón.

El 11 de Marzo de 2011 pasará a la historia como el día en que Japón fue golpeado por uno de los peores terremotos registrados en este país. El seísmo, de magnitud calculada en un primer momento como de 8,9 en la escala de Richter, pero que algunas revisiones sitúan ahora en 9,0, tuvo su epicentro en una zona marítima, a unos 130 kilómetros de Sendai, la capital de la prefectura de Miyagi. El terremoto generó un tsunami que arrasó la ciudad costera, de escasa elevación sobre el nivel del mar, y con una población de aproximadamente un millón de personas. Otras localidades también han sufrido una terrible devastación.

Las consecuencias del terremoto y de su tsunami han sido numerosas. Las personas fallecidas pueden ser varios miles. Y en cuanto a los daños materiales, edificios e infraestructuras han sufrido daños de diversa consideración, y no pocas áreas y localidades prácticamente han sido borradas del mapa a efectos urbanísticos. Varias refinerías de petróleo y complejos industriales con similar grado de inflamabilidad se han incendiado, incluyendo instalaciones en el puerto de Sendai y un complejo petroquímico en Shiogama, donde se ha producido una gran explosión. 

Los daños causados por el fuerte seísmo han tenido también repercusiones de diversa consideración en varias centrales nucleares niponas, y sobre todo en una de la prefectura de Fukushima que es por ahora la que se halla en una situación más preocupante. 

Las réplicas que se han sucedido desde el terremoto principal han dificultado las labores de rescate y agravado algunas situaciones.


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La zona de la ciudad de Sendai, arrasada por el tsunami.



Según el USGS (el servicio estadounidense de prospección geológica), el terremoto se desencadenó como resultado de una falla de tipo inverso en la zona de subducción, o cerca de ella, donde convergen la placa tectónica del Pacífico y la de Norteamérica.

En la latitud de este terremoto, la placa del Pacífico se suele mover aproximadamente hacia el oeste con respecto a la placa de Norteamérica, a una velocidad de 83 milímetros anuales. 

De siete a nueve placas tectónicas principales operan en la Tierra. A ellas hay que añadir diversas placas menores. Las placas son losas enormes de roca semisólida bajo los continentes y océanos, y varían en tamaño desde varios centenares hasta miles de kilómetros de extensión, y de 15 a 200 kilómetros de espesor.

Los terremotos se generan cuando las placas tectónicas colisionan, van a la deriva o se deslizan entre ellas. Las zonas de subducción, producidas cuando las placas tectónicas chocan, desencadenan los terremotos más fuertes, porque tienen grandes líneas continuas de falla. 

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